(Des)pedida en Abril

 

Me punza tu ausencia y nuestro amor frustrado.

La rosa que se agrieta y seca sobre la palma de la mano.

Me vacía tu falta cuando tu paso se aparta de mi lado.

Del devenir nada escapa, ¡Cuánto menos lo humano!

Tu rostro es perfil de un cruel y cierto atributo

con melancolía y desgano merodea se pierde y grita

en presente que es recuerdo: forja el duro y enjuto

                                         rostro del tiempo. ¡Rostro de muerte que porfía y quita!

 

 

Me duele tu desesperanza en melodía de tonos menores que perdura.

¡Dios cuanto no quise lo que hice, cuanto pude y no di!

Cuanto reproche y paradoja inútil: sangre de herida que no cura.

Pero cierto es que la huella es marca que (re)clama y me escupe lo que fui.

 

¡Mas tu río corre con tu melodía! torrente que no se detiene en queja,

Y es en los huesos del cause que lastima, ¡Como me duele tu dolor y tu llanto!

Porque es mi llanto y mi dolor el que tu frente refleja

                           de sueños rotos de pesares llenos, impotencia y espanto.

 

¡No quiero un adiós mediocre! Antes prefiero la sombra

                        de una partida insana en la memoria: ¡Tiritando!

De lo que ya nada te puede ni te asombra.

Prefiero saber que no vendrás, y continuar esperando...

 

 

Fernando Álvarez     1993

 

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2 comentarios:

  1. Muy bello e intenso!
    María Haag.

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  2. Silencios que gritan de impotencia, vacíos llenos de ausencia que punzan el presente. Todo parece eterno mientras amamos, luego caemos en el abismo de la finitud.
    Siempre rebalsa el amor, como un intenso y salvaje licor, al que no hay copa capaz de contener.
    Si no hay amor, nada está en su lugar, y nada responde a nuestro llamado; no importa de qué manera se lo nombre. Es mejor a veces quedarse esperando el amor a perderlo todo, sin amor no hay nada.

    Muy bello e intenso tu escrito, gracias!

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