Odas a Beance (i sin.)

 
Ningún colchonero ha capitonado con su aguja de plomo este poema, carece de esos “encajes” ex profeso... Es un puro dar vueltas como esos perritos que se quieren morder la cola en urobórico, frenético, absurdo ritual… Puro girar rizomático derviche que declara por contraposiciones esa Hiancia a quien rindo mi vacío homenaje in-sufi-Siente, ya que aquí, no hay nadie…

 
 

Odas a Beance (i sin.)



¿Y que sería de mí sin esta silla vacía
Que me antecede y donde vacila balbucea toda esa carne mía trémula
Y que sería de ella sin la ociosa des-ocupada vereda que la sostiene y abriga?
 
¿Y que sería del pluralismo de las infusiones del té de mi sed tu sed
Las papilas gustativas las entrañas y todo todo lo demás sin ese abismo
Boquiabierto abúlico pálido plagado de vacíos del pocillo de café
Que no es todo porcelana o plástico o yo qué sé!!?
 
¿Y que sería de ese perro vagabundo rengo solitario hambriento
Y de mi y de ti y los colectivos y las hojas y los papeles sucios que deambulan
Los encapuchados los enforrados en abrigos que transeuntan sin ese vacío
De la calle que aspira amenaza ausenta en su ronquido siniestro?
 
¿Y que sería de toda mi sangre y de tu sangre sin el hueco de las venosidades
Sin el agujero de las concavidades en el centro mismo de mi corazón
Que es puro músculo rodeando herida rajadura donde canta el amor?
¿Qué sería de esa voz sin la fosa hendidura de la garganta y su pavor
Sin el vacío del útero cósmico mínimo que sería del niño y del mimo sin el silencio
Sin el espacio en audiencia sin la cloquea vacía sin el pabellón de la oreja?
 
 
“El amor se hace plenamente presente en el instante mismo de la ausencia del amado
Y se vive más intensamente la vida en el suspiro último liberado
Como verdadero el abrazo cuando nuestros cuerpos fueron paredes del acantilado
Donde caían todos los intentos de mantenernos lado a lado”
 
 
¿Qué sería de los poetas sin el papel vacío las horas vacías las madrugadas idas
Las nostalgias sin los vacíos de las despedidas las esperanzas sin los futuros ociosos
Que sería sin la orfandad de mis manos vacías de mi boca vacía que no alcanza
Para llenar el vacío de tu ausencia arrepentida perimida soñolienta que tirita
En los bordes gélidos infranqueables abismales de mi cama llena de nada?
 
¿Qué seria de los ojos de buey sin los vacíos y de las cargas sin las bodegas
y de las aguas sin los causes de los cirujas sin las puertas y de la joyerías sin los escaparates
De los mingitorios que sería? ¿De los desvanes y las alacenas y los andurriales
Y los casilleros que no dejarían paso a las reinas y los caballeros sin princesa
Y de los trabajadores sin las vacantes y de los pasajes sin las ventanillas?
 
Nadie te nombra ni te alaba nadie te ensalza ni desea y es que no habría
Nada habría ni deseo o ansiedades o neurosis o riqueza o Borges o Lacanes
Sin esta mancha sin sustancia sin este vértice sin ángulos ni angustia habría ni nada que valdría
Eres la diadema ausente el punto enigmático imposible la nada de la nada misma
Lo que a todos se nos escapa de quien nada escapa de lo que ninguna filosofía trata
 
Lo único permanente en todo presente en ausencia y carencia
En divinidad sin punto sin inicio sin piel toda nada exultante
Sombra de todo madre de todo certeza sublime de toda paranoia
Incorpóreo intratable intransigente intragable ¡in-significante!.

Fernando Álvarez  17 de julio de 2010

 

 
separador

No hay comentarios:

Publicar un comentario